En tiempos en los que las webseries parecen haber perdido fuelle y empiezan a ser cosa del pasado, se lanza al vacío «Flatshare», las divagaciones absurdas de dos compañeros de piso, Raúl y Román, apalancados en el sofá del comedor. Por cierto, pedazo de comedor que tiene el piso compartido. Ahí, hay más gente viviendo, seguro.
Dicen que «Flatshare» nace durante una noche de borrachera por las calles del Raval barcelonés y que el resacón, en vez de persuadirles y convertir esa larga noche en una tierra de lagunas negras, les afianzó la idea. En poco tiempo ya tenían los primeros guiones y empezaban a grabar con un numeroso equipo de colaboradores y Lavita Produce. Hoy vemos que se lo han tomado en serio, en todos los aspectos, pero dudo que hayan cambiado la cerveza por smoothies de brócoli y fresas.
«Flatshare», con Kike Torres (Raúl) y Alessio Rubio (Román) y dirigida por Rubén Tamayo, tanto toca los palos de siempre como otras situaciones menos exploradas pero siempre con un vuelco hacia lo absurdo y lo cómico.
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