Reír es la única salida

Singlot Festival: El Singlot es más que la suma de sus partes

martes, 03 de julio de 2018 • 09:43h

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¡Muera la felicidad, viva el placer!

Igual que el bizcocho es más que la unión de la harina, el azúcar y los huevos. Cuando un filósofo se ve acorralado y necesita usar su última arma para ganar una discusión, carraspea y dice citando de segundas «como dijo Aristóteles en su Metafísica: el todo es más que la suma de sus partes». Pero no hace falta leer a Aristóteles para saber que el todo es más que la suma de sus partes. Es una idea deliciosa y potentísima a la que, sin embargo, se puede llegar sin necesidad de transitar por la filosofía griega. De hecho, basta con pasarse tres días de julio en Sant Feliu de Guíxols durante el Singlot Festival para llegar a tal sabia conclusión.

Y lo puedo afirmar en mi condición de ya veterano asistente a la cita que Andreu Buenafuente y la engrasada escudería de EL TERRAT organizan anualmente dentro del Festival Porta Ferrada. Y se lo garantizo a todos los que se animen a acercarse a las actividades de este año: cualquiera que consulte el programa de Singlot 2018 convendrá en que los ingredientes son magníficos, tanto en contenido como en novedad, pero, créanme, en combinación, cocinados juntos y dejando que cada uno se empape de los sabores de los demás, el resultado está sencillamente a otro nivel, que trasciende las actuaciones concretas y crea un espíritu de celebración de la comedia que se respira como la primera bocanada de aire fresco que se respira en una habitación que ha estado mucho tiempo cerrada.

SINGLOT FESTIVAL

No sé si el «Hem de parlar» con Buenafuente, Berto, Silvia Abril y Raúl Cimas es la harina o el azúcar. No sé si las jornadas profesionales que acompañan a las actuaciones son la levadura. Sospecho que «Mongolia on Ice» va a ser los huevos y el Singlot de Honor a Lloll Bertran será la guinda. Pero en el placer —¡muera la felicidad, viva el placer!— que vamos a sentir este jueves, viernes y sábado todos los que nos acerquemos a zamparnos el Singlot entero se nos van a revolver todos esos sabores dando lugar a otro desconocido en el que ya no se puede separar la sátira del costumbrismo, el surrealismo del sarcasmo. Nos daremos cuenta de que cuando algo está bien hecho y trata de los hipos que salpican la vida, el todo —qué mejor ejemplo que el Singlot— siempre es más que la suma de sus partes. Y sin leer a Aristóteles.

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